jueves, 26 de mayo de 2011

El movimiento 15 M (carta enviada a los periódicos)

Frente a la ilusión colectiva que produjo en una gran parte de la ciudadanía el estallido popular del 15 M, los que hoy pasan por Sol, tienen la impresión de que la acampada se ha convertido en un objetivo en sí mismo: los participantes parecen más ocupados en demostrar su capacidad de organización, de convivir pacíficamente, de organizar actividades culturales paralelas (todo muy loable, pero que ya habíamos visto que se podía hacer en La Tabacalera, la Escalera Karacola o el Festival de Ortigueira, por poner algún ejemplo) que en conseguir que los partidos en el poder (que por cierto, parecen no haberse dado cuenta de que miles de personas han estado paseándose por las calles de toda España protestando por su gestión) realicen algún cambio real en sus políticas.

El funcionamiento asambleario, sin jerarquías es complicado pero posible; pero lo que es absolutamente utópico es pretender tomar decisiones en un grupo tan heterogéneo por unanimidad o mayoría absoluta, o intentar perseguir un cambio radical en la sociedad sin ir fijando objetivos específicos por los que luchar.

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